MEMORIA DEL PALADAR
José Antonio Quirós & Calamares
en su tinta con patatas fritas
Texto: Miguel Ángel Almodóvar
Fotos: Félix Soriano
José Antonio Quirós, es director, guionista y productor de cine. Tras licenciarse en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, conseguir una codiciada beca de guion y diplomarse en Historia del Cine en la Universidad de Valladolid, comenzó su andadura profesional recuperando material fílmico inédito en la Filmoteca Española. Probablemente ese fue el germen de su posterior cine documental, indagador, dialéctico entre pasado y presente, personal y siempre comprometido.
Su película más conocida y popular es Pídele cuentas al Rey. Estrenada en 1999, resultó ser una de las más exitosas y polémicas del cine español, con más de diez premios Internacionales, y, por añadidura y a juicio de quien esto escribe, obró el prodigio de hacer creíble a Antonio Resines. Sin embargo, tres años antes, en 1996, había producido y dirigido Solas en la tierra, un conmovedor documental sobre viudas de mineros, que recibió el Gran Premio Social en el 2000, y le abrió las puertas al largometraje.
A ojo del mismo cubero, su obra más sólida y enternecedora, es Cenizas del cielo, estrenada en 2008 y considerada la primera película española de temática medioambiental. Ganadora del Grand Prix Earth Toyota en el Festival Internacional de Cine de Tokio; del Premio del Jurado en Ficma 08; Premio a la mejor película en California 2009; Premio a la mejor película Puerto de la Cruz; Premio a la mejor comedia Palermo; Premio del Jurado y Premio de la Juventud en Festival de Córcega; y Premio del Jurado Joven Festival de Bordeaux 2010.
La mirada de José Antonio Quirós, es risueña, brillante, y “habla”. Sus ojos castaños, enmarcados en unas cejas un poco al estilo ZP, tienen algo de esa jovial perplejidad adolescente, común a muchos creadores de historias. Tiene la risa fácil y contagiosa.
Desde 1991 Quirós cuenta con productora propia, El Nacedón Films, con la que ha desarrollado y desarrolla proyectos de gran calado.
Su último trabajo, El amigo de todos, ahora en cartel, bucea, desde sus recuerdos de infancia y tras una minuciosa investigación, en la vida del nazi Auke Bert Pattist, teniente de las Waffen SS, que una vez concluida la II Guerra Mundial se refugió en Asturias, algo inusual entre sus correligionarios, que masivamente se decantaron por la capital de España o la Costa del Sol. Se trata de una historia que nace de la memoria de un niño fascinado por aquel hombre que frecuentaba el bar de sus padres, y que hoy adulto no ha perdido la curiosidad ni la capacidad de sorprenderse e indaga sobre los porqués de la perfecta inserción de su ídolo de barro, Pattist, en una sociedad como la asturiana, que le era, en principio, tan ajena.
Remembranzas que ahora le llevan a un plato que le preparaba su madre, Calamares en su tinta con patatas fritas, muy alejado de las poderidas ollas que también adora, como el pote de castañas o el pote tevergano de berzas (recetas típicas del concejo de Quirós; que además de llevar por apellido, también le vio nacer a él y a sus padres y abuelos), o del contundente pote de nabos de San Antón, típico del concejo de Morcín en el que se crio y donde aún pasa temporadas relativamente largas escribiendo, segando con “gadañu” el prau de su madre, rodando, catando vaques, y lo que toque.
Ahora, en La Fonda de la Confianza, se lo prepara el chef Esteban Mangudo, mientras que el gerente Paco Patón aperitivea con él y le da palique. Objeta Quirós que las patatas de su madre eran de corte más rudo y ajenas a la monería del formato paja, pero elogia con fervor aroma y sabor del plato, y juntos brindamos por nuevas cintas y nuevos éxitos.
Calamares en su tinta con patatas fritas
(Receta para 4 personas)
Ingredientes
2 calamares ( 300 g. cada uno )
3 dientes de ajo
250 g. de cebollas
75 g. de pimiento verde
0,5 de pimienta de Cayena
75 ml. de brandy
150 ml. de vino blanco
500 ml. de fumet de pescado
Tinta de los chipirones
Preparación
Se limpian bien los calamares quitándoles la pluma interior. La piel, si son muy frescos, como los que nosotros usamos, no se le quita y se deja porque proporciona una buena textura cuando se marca, cortamos en rodajas y reservar. Una vez limpios, se pican todas las verduras en juliana y a continuación se reservan.
Mientras, tanto, se va calentando una cucharada de AOVE en la cacerola o donde se vaya a hacer la receta, y allí se marcan los calamares durante un par de minutos a fuego fuerte. Cuando estén listos, se reservan.
En la misma cacerola se pochan todas las verduras a fuego suave durante unos 25 minutos, momento en que se añaden los alcoholes y se remueve bien con una cuchara de madera para despegar la verdura que se haya podido agarrar al fondo.
Se dejan reducir y concentrar los líquidos hasta que quede casi seco. Seguidamente, se agrega el caldo de pescado, que deberá estar atemperado, y la tinta de calamar. Se deja cocer otros 15 minutos a fuego medio. Cuando esté listo, se tritura en una batidora de vaso alto, se cuela y se reintegra a la salsa ala cacerola.
Se recupera un fuego suave, se añaden los calamares y se cocina a fuego suave durante 40-50 minutos hasta que estén tierno, momento en que se ha de servir bien caliente, acompañado de las patatas fritas en paja.
Patatas paja
Ingredientes
2 patatas
AOVE abundante
Sal al gusto
Preparación
Con la ayuda de una mandolina o de un cuchillo afilado, se cortan las patatas en rodajas muy finas. Después, con paciencia se va cortando cada lámina en pequeñas varitas, del grosor de una cerilla. Con un par de patatas se puede obtener muchísima cantidad.
Se dejan las patatas en remojo en un bol amplio con abundante agua fría. Se remueve con las manos para que las patatas suelten almidón y se cambia el agua pasados 5 minutos, dejando que reposen otros 5 mas en agua limpia. Se pone a calentar el AVOE a 180ºC.
Las patatas se van friendo por tandas y escurridas en un colador para que no salte el aceite. Se deja que se vayan dorando poco a poco y se les da la vuelta para que se hagan por ambas caras, sin dejar que se doren mucho porque amargarían.
Se sacan, escurrir sobre papel absorbente y poner a punto de sal.