EL PANTEÓN DE RECETAS ILUSTRES
Un bocado de Alfonso VI para la Almudena
Lomo de ciervo en adobo
La Fonda de la Confianza incluye en su carta de noviembre un plato y receta que probablemente formó parte del banquete con el que el rey Alfonso VI agasajó a sus nobles y caballeros para celebrar la aparición de la Almudena
Como cada noviembre, Madrid celebra a su Patrona Principal, la Virgen de la Almudena, porque todo apunta a que fue el día 9 de ese mes, y en el año de 1085, cuando la imagen apareció milagrosamente al caer un lienzo de la muralla donde los cristianos de Mayrit la habían ocultado en el siglo VIII, temiendo que fuera profanada por la horda musulmana que había llegado a la península en 711. Para pasmo y maravilla de los presentes que tuvieron la oportunidad de contemplar el prodigio, las dos velas con las que los fieles la habían ocultado en el muro permanecían encendidas tras más de tres siglos.
Es difícil determinar el origen de la efigie, aunque las primeras noticias refieren que fue tallada por el rico fariseo Nicodemo y pintada por el evangelista Lucas, para que el apóstol Santiago la trajera desde Jerusalén consigo y en compaña de su discípulo Calocero.
De todo ello, donación y posterior encubrimiento, tenía noticia Alfonso VI “el Bravo”, rey de León, de Galicia y de Castilla, cuando acometió la empresa de conquistar la poderosa taifa de Toledo, entonces en manos del emir Al-Q’adir.
Para ello debía someter antes Mayrit y parece que contó con la inestimable ayuda del Rodrigo Díaz, el Cid Campeador, que conocía los puntos flacos y descuidados de la plaza por haber toreado en triunfo en ella a caballo y de rigurosos incógnito, aunque, según Leandro Fernández de Moratín fue reconocido por la cristina esclava Aldara: “… ese doncel que ufano/ tanto asombro viene a dar/ a todo el pueblo africano,/ es Rodrigo de Vivar,/ el soberbio castellano”.
Por extraño que hoy nos pueda parecer, la participación de cristianos en fiestas de moros y viceversa fue algo muy común durante la ocupación musulmana, como se cita en el poema Los siete infantes de Lara, donde a la boda de doña Lambra en Burgos fueron invitados caballeros musulmanes procedentes de Córdoba y Toledo.
Un momento, entre la historia y la leyenda, que Francisco de Goya tuvo a bien dejar grabado en aguatinta bruñida al escoplo en 1814, que figura con el número 11 en los 46 aguafuertes que componen la serie Tauromaquia.
Sea como fuere, Mayrit cayó en manos cristinas en 1083 y, aunque se hicieron las oportunas gestiones la imagen de Nuestra Señora, no apareció por parte alguna.
Dos años después, el 6 de mayo de 1085, Toledo corrió la misma suerte, y el rey cristiano, alcanzados sus últimos objetivos militares, volvió sobre sus pasos para intentar dar por fin con la imagen. Aunque otra leyenda también le atribuye al Cid el hallazgo, tras ser informado por la propia Virgen travestida en infeliz leproso al que el caballero ofrece la desnuda limosna de su mano, la versión oficial alude a una procesión oficial celebrada por orden de su Majestad en la Cuesta de la Vega, durante la cual uno de los cubos o torreones del muro del enclave cayó con estrépito ante el cortejo. A la figura icónica se le dio el nombre de Almudena, como derivación de la voz árabe al-mudayna o ciudadela, que a su vez es diminutivo de madina, o ciudad.
No es aventurado suponer que Alfonso VI y sus nobles principales celebraran el acontecimiento con un banquete en el que seguramente tuvo un especial protagonismo una o varias fuentes de Lomo de ciervo en adobo, una fórmula culinaria que aparece referenciada en los recetarios renacentistas de base medieval y que tiene como base una pieza de caza mayor, de la que estamos en temporada.
La pieza habría sido cazada en alguna de las formaciones boscosas naturales que rodeaban Mayrit, compuestas por bosques mixtos o núcleos adehesados de encinares, rebollares, quejigares, alcornocales, robledales y enebrales.
Por aquel entonces su cata y disfrute era privilegio del rey, los nobles, los ricohombres, los infanzones y los caballeros, la grey hoy equivalente a la respetable y distinguida clientela de La Fonda de la Confianza.
En su memoria y ante bocado tan noble, se hará sentir la presencia de los espíritus de Ada de Getafe, Zahara de Alcorcón, Jarifa de Almonacid, y Fátima, la preciosa hija del mudéjar y alcadí general Ali de Bellví, que dice la leyenda formaron parte del público que se acercó al espacio que hoy constituye la explanada de la Almudena, para ver torear a caballo al Cid Campeador.
Lomo de ciervo en adobo
(Receta para 8 personas)
Ingredientes
1 lomo de ciervo de 1,8 kg. aproximadamente
20 g. de orégano fresco
20 g. de tomillo
20 g. de perejil
10 g. de jengibre rallado
2 unidades de ralladura de limón
10 bolas de pimienta negra
0,25 dl. de vinagre de jerez
0,5 dl. de vino blanco
AOVE para freír
1 manojo de espárragos trigueros
Puré de castañas
150 g. de castañas congeladas y peladas
1 chalota picada
10 g. de mantequilla
0,5 dl. de oporto
0,5 dl. de nata
1 dl. de caldo de ave.
Salsa de Oporto
6 unidades de chalota
25 g. de mantequilla
1 dl. de Oporto
0,5 dl. de jugo ternera
Elaboración
Con la ayuda de un deshuesador, se retiran las fibras del lomo de ciervo, dejándolo bien limpio. Se reserva.
Para el adobo, se coloca en un recipiente la pimienta en grano molida, el vinagre, el vino blanco y la mitad de las hierbas picadas con la ralladura de un limón. Se mezcla bien A continuación, se unta el lomo de ciervo en el adobo, aprovechándolo todo bien.
Con la ayuda de papel film, se hace un rulo con el lomo de ciervo adobado. Se aprieta a conciencia para conseguir que mantenga la forma cilíndrica, se envasa en una bolsa al vacío y se deja reposar en ña cámara durante 24 horas.
Se cocina el lomo de ciervo al vacío durante 28 minutos a 70º C. Luego enfria en agua con hielo y se reserva.
Se mezcla el resto de de las hierbas picadas con la ralladura de limón y un poco de AOVE. Este adobo se reserva para rebozar el ciervo al final del plato.
Con la ayuda de una mandolina, se laminan los los espárragos trigueros como si fueran unos parpardelle, y se reservan.
Puré de castañas
Se rehoga la chalota picada en brunoise con la mantequilla, se incorpora el Oporto, se reduce a seco y se añade la nata, el caldo de ave y las castañas. Seguidamente, se deja cocer hasta que las castañas estén blandas. Se pasar por la Thermomix, sele da el punto de sal y pimienta, se cuela y se reserva en frío.
En el momento de servir se calienta en una sartén con un poco de nata.
Salsa de oporto
Se sudan las chalotas con la mantequilla y se incorporan al Oporto, dejando hasta que evapore el alcohol, se añade el jugo de ternera, se le da el punto de sal y pimienta,y se reserva.
Acabado
Se saca el lomo de ciervo de la bolsa de vacío, se seca con papel, se cortan dos medallones de 80 g. y se reserva.
En una sartén con AOVE a 180º C se fríen los dos medallones de ciervo, durante no mas de 10 segundos, para que doren por fuera y queden jugosos por dentro.
Se sacan los medallones a papel para retirar el resto de fritura y rebozar por el adobo.
Emplatado
Se saltean en un poco de AOVE los pappardelle de espárragos, se pone en punto de sal y pimienta y se reserva.
Los medallones se colocan en el centro del plato coronados con las cintas de espárragos y acompañados de la salsa de oporto y el puré de castañas.